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18 jun 2013

Utilidad de la valoración Fisiológica y Bioquímica del Deportista de Resistencia: Valoración del Estado Nutricional y Control del Entrenamiento Deportivo

Recientemente llevamos a cabo un webinar sobre el escrito que os presentamos a continuación, además, en breve tendremos una publicación en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas.

La alta exigencia en los deportistas cada vez más, crea la necesidad de controlar minuciosamente el proceso de adaptación al entrenamiento deportivo. Para ello la valoración fisiológica del deportista vital para establecer objetivos de entrenamiento según la vía metabólica que se quiera trabajar. 

Así, dentro de la valoración fisiológica, mediante una prueba de esfuerzo escalonado intervalico progresivo maximal (EPIM), podemos obtener información sobre las zonas aeróbicas y anaeróbicas de entrenamiento deportivo. En los deportes de resistencia, el umbral aeróbico (UAe) y umbral anaeróbico individuales (UANi) son esenciales para los entrenamientos de la vía aeróbica lipolítica y glucolítica.

Así por ejemplo, a una intensidad de entre 60-68% del VO2max que puede tener el UAe un deportista de resistencia aeróbica de larga duración (DRLD) y los preparadores o fisiólogos deportivos, saben que a esta zona se potencia al máximo la quema de grasa y eficiencia metabólica. Por otra parte, estos suelen tener el UANi a en tornos al 80-90% del VO2max (Wilmore y Costil, 1998). Cuando más alto sea este umbral, el deportista será capaz de mantener el ritmo a intensidades elevadas utilizando energía de forma aeróbica y así reservar durante más tiempo los depósitos de glucógeno muscular.

Así el control y seguimiento de estos umbrales será básico y necesario para llevar a cabo unos adecuados entrenamientos aplicados para la mejora del rendimiento deportivo (Viru y Viru, 2003), ya que según modalidades deportivas o características individuales de los deportistas (cantidad de fibras de tipo ST o FT), estos umbrales pueden varias mucho.


Por otra parte, los parámetros bioquímicos son de utilidad para un mejor control del deportista a través de datos más objetivos del estado fisiológico. Ofrecen información de gran utilidad para el dietista-nutricionista o fisiólogo del deporte para el seguimiento nutricional y control de la carga interna del entrenamiento (Viru y Viru, 2013).

La glucosa y el perfil lipídico, son parámetros utilizados en las consultas, pero insuficientes para el control de los entrenamientos. La concentración de ácido láctico en plasma es la herramienta más común para valorar la carga de entrenamiento, donde valores superiores a 4 mmol/l, indican gran intensidad del entrenamiento y se utiliza para correlacionar las intensidades metabólicas marcadas en la prueba de esfuerzo (Billat, 1996) para luego indicar zonas según la frecuencia cardiaca, potencias o velocidades concretas. Aunque hasta ahora, solamente se utilizaba la frecuencia cardiaca para el control de la intensidad de zonas de entrenamiento aeróbicas, actualmente se utilizan cada vez más la potencia o velocidades de carrera. Esto hace que el entrenamiento esté mucho más individualizado.
La urea, la alanina o el aumento de cuerpos cetónicos, nos indican un vaciamiento de los depósitos de glucógeno muscular, utilización de otros sustratos energéticos y en esta situación se da un aumento de destrucción proteica (proteólisis) (Martínez-Sanz y Urdampilleta, 2012; Urdampilleta et al, 2012).


Otras enzimas como la creatinquinasa (CK), lactato deshidrogenasa (LDH) y dos transaminasas; la transaminasa glucooxalacética (GOT) o aspartato aminotransferasa (AST) y la glutamicopirúvica (GTP) o alanina aminotransferasa (ALT), sugieren en concentraciones altas, que la carga de entrenamiento fue elevada produciendo roturas miofibrilares o activación del ciclo de glucosa-alanina (cuando se vacían los depósitos de glucógeno muscular) (Fallon et al, 2008). 

A la vez, la determinación de otros sustratos como el amonio, glutamina o el ratio  testosterona/cortisol, sirven para detectar un posible estado de sobre-entrenamiento. Así mismo, las últimas investigaciones sugieren que elevadas concentraciones de cortisol disminuyen el sistema inmunológico.


Tener una información más precisa para el control y seguimiento del entrenamiento deportivo, se observa que cada vez es más necesario para individualizar más las posibles intervenciones dietético-nutricionales así como optimización del entrenamiento deportivo (Urdampilleta et al, 2013).

Referencias bibliográficas
Billat LV. Use of blood lactate measurements for prediction of exercise performance and for control of training. Recommendations for long-distance running. Sports Med. 1996;22(3):157-75.
Fallon KE. The clinical utility of screening of biochemical parameters in elite athletes: analysis of 100 cases. Br J Sports Med. 2008;42(5):334-7.
Martinez-Sanz JM, Urdampilleta A. Necesidades nutricionales y planificación dietética en deportes de fuerza. Motricidad. European Journal of Human Movement. 2012;29:95-114.
Urdampilleta A, Vicente-Salazar N, Martínez-Sanz JM. Necesidades proteicas en los deportistas y pautas diétetico-nutricionales para la ganancia de masa muscular. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2012;16(1):25-35.
Urdampilleta A, Martinez-Sanz JM y Lopez-Grueso R. Valoración Bioquímica del entrenamiento deportivo (datos sin publicar). 
Viru A, Viru M. Análisis y control del rendimiento deportivo. 1 ed. Badalona (Barcelona): Paidotribo;2003.
Wilmore J, Costill D. Fisiología del esfuerzo y el deporte. 1 ed. Barcelona: Paidotribo:1998.
 

Trigo P, Castejon F, Riber C, Muñoz A. Use of biochemical parameters to predict metabolic elimination in endurance rides. Equine Vet J. 2010;42(38 Suppl 1):142-6.

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